COLEGIO DE MAYORES POLICIA NACIONAL DE COLOMBIA-COLMAP

EJEMPLO DE ESPRIT DE CORPS

No puede ser mejor esta la oportunidad, para exaltar la labor de nuestra POLICIA NACIONAL, con ocasión de la atención a las necesidades de desorden público presentadas recientemente en el país, dando clara muestra de abnegación y total entrega a su misión constitucional; en primera instancia las acciones operativas en contra de la delincuencia común y organizada a nivel nacional, logrando capturas y desmantelamiento de grupos al margen de la ley en todo el territorio colombiano, dando alcance a la esfera internacional gracias a estrategias de cooperación, dejando claro que el esfuerzo institucional es eficiente y está en la capacidad de llegar hasta las entrañas de organizaciones que creen ser invisibles; y de otra parte la voluntad de servicio y serenidad demostrada por nuestra mujer policía ASTRID CAROLINA ROCHA, quien a pesar de haber sido golpeada por la espalda de manera aleve, ha demostrado una total fortaleza y espíritu de cuerpo, leal a sus principios de trabajar por la convivencia pacífica y la conservación de la integridad de los colombianos, a pesar de la gravedad de su lesión y en su condición de uniformada enaltece como no más, el quehacer policial de nuestras mujeres y hombres policías que anónimamente prestan un servicio social que si bien es cierto no es recompensado por la sociedad, si queda claro que la institución la conforman seres humanos con un alto sentido de tolerancia y convencidos de que la respuesta no puede ser una agresión mayor; si no más bien, el compromiso de participar y entender las necesidades de una sociedad que requiere de salidas consensuadas, en donde la policía sirve como mediador entre estos necesitados y quienes tienen la iniciativa de buscar alternativas de solución. Me pregunto si el autor de esta conducta infame contra esta valiente mujer, es producto de una sociedad que está convencida que con el esfuerzo de lucha por el trabajo constante y la práctica de acciones colectivas que generen bien a la sociedad es el camino adecuado para lograr una convivencia pacífica y responsable; o si es más bien el producto de una minoría que cree estar seguro que la solución a las desavenencias son las acciones violentas reflejo de su incapacidad para afrontar con resiliencia los retos que ofrece el destino de lo humano; interesante que toda esa fuerza y habilidad que puso en práctica esta persona la hubiera direccionado en un deporte que hoy nos representará en las justas olímpicas y toda esa energía se viera reflejada en un ejemplo de tenacidad y asombro ante una sociedad que hoy se pregunta, si esta es realmente la forma en que debemos obrar como comunidad, frente a necesidades que desde nuestro ser debemos proponernos solucionar, sin esperar que otros países y personas nos den la salida al encuentro del éxito personal y comunitario.

Ante el silencio de organizaciones sociales que manifiestan la reivindicación de los derechos y el respeto a la mujer y los derechos humanos la pregunta es ¿el silencio se debe a la aceptación de esta conducta como una salida coherente a la solución pacífica de las diferencias? O más bien estamos actuando como un rebaño migratorio salvaje jalados por unos pocos que encarnan odio y desesperanza producto de sus frustraciones personales. Quienes conocemos la institución sabemos de los ingentes esfuerzos que hacen sus integrantes a través de estrategias de cambio y mejoramiento continuo en todo el territorio nacional a nivel urbano y rural sin distingo de raza o sexo por el mantenimiento de condiciones que permitan la práctica democrática y libre expresión de ideas, de manera pacífica, es importante reconocer que Colombia es un país que como pocos cuenta con una institución dispuesta y abnegada al servicio social, donde para sus integrantes activos y en retiro “ES UN HONOR SER POLICIA”.